Mandangas no, por favor

Un soñador en apuros por Silvestre Domínguez

Es una opción personal creer que la tierra es plana, que estamos colonizados por pérfidos marcianos y llegado el caso, asumir que el zumo de manzana tomado en ayunas sirve para curar la enfermedad más insidiosa, resistente e incurable, que si la tratamos aplicando métodos científicos. A título personal nada impide de mezclar cualquier tema, incluso con el adobo de un grueso toque de marrullería política, para posteriormente, tras ser bien agitado, hacer con ello un cóctel informativo como los que, destinado a los amantes de los licores más sofisticados, hicieran famoso al legendario club madrileño ubicado en la Gran Vía, Perico Chicote, donde personalidades con tanto glamour como Frank Sinatra, Ernest Hemingway e incluso el sublime Salvador Dalí, les encantaba visitar,  pero por favor, bien se trate de conocido o extraño, con tendencia a remitir desaforadamente refritos de mensajes sin contrastar, y por esos azares virtuales mi humilde persona figurara entre sus contactos de redes sociales, le quedaría enormemente agradecido si tuviera la delicadeza de no remitirme, en versión larga o extractada, el producto resultante de semejantes mandangas. La vida es corta y llegada cierta edad, estoy en ella, mi nivel de tolerancia para asumir majaderías, alcanzo el límite de su capacidad . Quiero dejar sentado que por mandanga entiendo, no solo los productos sociopolíticos sin otra base que el calentón ideológico irracional, también esos ponzoñosos millardos de similar factura, facturados en formato de truculentos vídeos publicados por aficionados Youtubers para adoctrinar al personal, no se sabe bien de qué ni para qué, a la par que se sacan unas perrillas para ir tirando. En contrapartida a esta, me temo que vana, petición personal de rechazo a las mandangas, acepto de buen grado la recepción de noticias sobre cultura en sus variadas formas, tales como la descripción de lo hermosas que son o fueron las fiestas de su terruño natal. Incluso alguna anécdota de cuando a determinado paisano confundieron con Gary Cooper y quisieron ficharle por una productora cinematográfica nacional, por ejemplo la valenciana Cifesa, que tantas horas de pipa y gloria diera en los cines de barrio a lo ancho y largo de la península ibérica. Sin ir más lejos, que parece fuera ayer,  los  juveniles y dorados años, personalmente disfrutados en mi añorada Plasencia, que además de ofrecer magníficas tapas a los visitantes de sus infinitos bares, contaba con un amplio abanico de cines para solaz de las horas de ocio, a los residentes y turistas, en las cuatro estaciones del año. Hay mucho y variado para informar y entretener, pero mandangas no, por favor. Quien, ya en el espacio etéreo de la música también decía no, pero con rítmicas intenciones sentimentales, fue Gerard Joling, en esa maravillosa compaginación de voz e instrumentos lograda en No more bolero’s ( 1989 ). Pincha aquí 

A lo hecho, pecho

Un día de primavera por Silvestre Domínguez

No es necesario conocer el pasado para repetirlo. Es suficiente con que el azar y la necesidad, con permiso de Jacques Monod, ofrezcan la oportunidad para realizar viejos hábitos, quizás con la vana ilusión de creerlos nuevos. Como en todo hay excepciones, es decir sujetos dispuestos a decir no y pasar de largo, pero son tan escasos y excepcionales, que más que anular, confirman la regla. Muy humilde y anodina ha de ser una biografía, la de cualquiera, para que un asunto de corrupción no se tejiera en su entorno. Por el mío se hicieron tapices de nudos y, a pesar de frecuentes y repetidas balaceras dirigidas hacia mi persona, aquí sigo para contarlo. ¿El asunto?. Como quien dice, una sonsera. Algunos que confundieron lo general con lo privado y la inmensa dificultad, por unos pocos, intentando tratar de  que las aguas no desbordaran el cauce, a fin de evitar daños directos y colaterales. Pero las aguas se desbordaron. Un hecho similar a la muerte, hecho definitivo fácil de atribuir en figuras de tiempos lejanos, pero posibilidad difícil de concebir para quienes habitamos el fugitivo presente. Ya Oscar Wilde, a pesar de sus tormentosos últimos años de prisión y enfermedad, manifestó que arrepentirse de un acto era modificar el pasado. Como bien saben los historiadores, un suceso, por esencia, es inmodificable. Pero a cambio de esa pétrea inmutabilidad, cabe la posibilidad retórica de ser interpretado. O sea inventado. Al igual que esa verdad voluble referida en uno de los breves y profundos pensamientos de don Antonio Machado, concretamente el que dice: » Se miente más de la cuenta por falta de fantasía: también la verdad se inventa «. Una regla del ajedrez de competición que suele dar excelentes resultados, establece que la mejor defensa se sustenta en el ataque. Como aficionado al noble juego, su puesta en práctica obedece a múltiples factores, entre los más destacados la posición de tus piezas, las del contrario y el reloj. Si eres débil en tiempo y posición, atacar equivale inevitablemente a perder. Simplificando lo ya dicho, y dejando al margen noticias que saturan medios y redes, si una causa no puede ser cauterizada en su mayor parte con el socorrido, ¡ a lo hecho, pecho!, es que algo se hizo mal y se explicó mucho peor, o lo más probable, ambas cosas. Ya en el espacio dedicado a la música, en tiempos de la llamada Movida Madrileña, el grupo Gabinete Caligari sacaba su primer álbum, cuyo título y una de las canciones incluidas era, Que Dios reparta suerte (1983). En eso estamos. Pincha aquí 

Para ser utilizadas

Herencia infernal por Silvestre Domínguez

La palabra ya se ha pronunciado. Ahora, como en la Biblia, habrá que buscar una interpretación para ella y su contexto. Y el contexto se ha producido en la entrevista concedida por el  Presidente Vladimir Putin al canal de la televisión pública Rossiya 1, donde a pregunta, supuestamente pactada, con el presentador oficial, Dmitri Kisiliov, sobre cual era la postura de Rusia ante una posible escalada bélica y la eventual utilización de armas nucleares en caso de agravarse el conflicto. Ahí lo innombrable fue pronunciado, con esa actitud hierática de quien sabe la trascendencia de sus palabras, dejando caer, tras vueltas y revueltas sobre el tema, que, efectivamente, por su simple existencia, el destino del armamento nuclear es ser utilizado. Nadie se hace un traje por un sastre o modisto de fama internacional para guardarlo en el armario. Y la efectividad de los artilugios nucleares, se explayó el mandatario ruso, por más que se prueben en programas informáticos, necesitan ser constatados sobre el terreno, para calibrar su verdadera eficacia. El aviso ya está dado. Y no debe ser baladí su trascendencia, cuando los diarios de tirada nacional como La Vanguardia y El País, con fecha 14 de marzo de este 2024, dan amplio contenido a la referida entrevista, con titulares ciertamente clarificadores. La Vanguardia: » Putin no teme la guerra nuclear “; El País: Putin advierte de que Rusia está preparada para una guerra nuclear«. Lo que pueda venir tras estos comunicados dependerá de cómo son entendidos por la parte occidental. Lo procedente es la negociación, a cara de angel o de perro, que eso, en última instancia es pura teatralidad. Por estos lares seguimos con la mandanga de las eternas, presuntas o reales corrupciones en el núcleo central del poder político, o sus inmediatos círculos de amistades. Dadas  las vueltas y sorpresas varias que suelen anidar en el interior de estas corruptelas y convolutos, antes de emitir una precipitada opinión, mejor esperar a conocer como terminan, si las hubiere, las resoluciones judiciales. Suelo abstenerse de pronunciamientos anticipados, porque como Zhou Enlai en 1974, manifestara al conspicuo Henry Kissinger, sobre cuál era su opinión sobre la Revolución China de 1949, el sabio mandatario oriental, soslayó hablar sobre ella y sutilmente retrotrajo su reflexión a la Revolución por excelencia, la Francesa de 1789, sobre la que emitió la sorprende respuesta, ¡ aún es pronto para hacer una precisa valoración de sus consecuencias !. Doy un salto a la música y me adentró en aquella infancia donde Los Brincos nos deleitaron con una pintoresca canción, que va pintiparada con el deprimente nivel crítico que actualmente vivimos: Borracho (1965). Mejor la ebriedad como coartada, que soportar sobriamente ser torturado por la inmensa avalancha de falacias y necedades emitidas de modo indiscriminado por tierra, mar y aire. Pincha aquí 

No Future

Tras los pasos del Yeti por Silvestre Domínguez

Resonaban aún las proclamas del convulso y estudiantil Mayo francés del 68, cuando apenas iniciada la década de 1970, el movimiento Punk, nacido en el Reino Unido, entonaba los acordes de una melodía social que todavía sigue vibrando: No future. Cierto que en el momento que emergió, esa palabra designaba el desencanto y desesperación de una juventud asolada por las drogas, entre ellas la letal y adictiva heroína, junto a la falta de oportunidades en el mundo laboral. Hoy su traducción sería ese marcado discurso bélico de los mandatarios políticos occidentales que apunta con traspasar las líneas rojas que ellos mismos se impusieron y, caso de que Ucrania irremediablemente termine derrotada, lo más probable, que la OTAN tome el relevo en la confrontación con la Federación Rusa. Tal vez se esté cumpliendo aquel antiguo enunciado según el cual, los Dioses del Olimpo enloquecían a aquellos que habían decidido destruir. El concepto que definía esta sin razón era Hibris, diosa griega cuyos atributos eran la arrogancia y desmesura inducida en quienes son incapaces de ver la realidad más allá de sus sueños o ambiciones, hasta el punto de precipitarse al holocausto, tanto el propio, como el de quienes ciegamente le siguen. El caso más emblemático de quienes sufrieron el influjo de la engañosa diosa griega es el de Adolf Hitler quien,  cuando más evidente era el irremediable e imparable hundimiento del Tercer Reich, arrastrando los pies en insano ambiente del Búnker, no dejaba de perorar sobre la victoria del ejército alemán, advirtiendo, caso de no producirse la misma, que en cumplimiento de su última voluntad, no quedara de Alemania piedra sobre piedra. Como se ve, todo un ejercicio de sofisticada y falsa filantropía. Habiendo sufrido esta dura prueba histórica, dos devastadoras guerras mundiales, lo procedente es que los representantes de la civilizada Europa, se pensaran cuántas veces fuera preciso, en buscar vías para evitar conflictos y tensiones geopolíticas, todo antes, incluso en el plano dialéctico, mencionar la guerra. En cuanto al futuro, cualquier futuro que se mezcle o necesite la alianza con la guerra, es por esencia incompatible con la vida. Toca elegir, y olvídense quienes crean que, como en tiempos pasados, vencer significa, The Winner Takes It All (1980), tal como sentenciara musicalmente la extraordinaria melodía del grupo ABBA, antes al contrario, si se desataran los truenos de un mundial conflicto bélico, no queda para contarlo ni el apuntador. Pincha aquí 

Preocupante

Regreso al planeta de los Simios por Silvestre Domínguez

Según estadísticas no desmentidas, el número de ojivas nucleares activas que actualmente existen en los distintos estados, con Rusia y Estados Unidos, por ese orden, ayer, mañana y siempre, ocupando el hit parade de tan siniestra lista, es de tal desmesura, que su parcial detonación provocaría un fundido en negro a la vida en el planeta, con la posible excepción de algunas bacterias termófilas. No obstante esta empírica y reconocida realidad de proliferación de armas nucleares, más allá del conocimiento concreto en posesión de los estados mayores militares que el en mundo son, cuya opinión pertenece al ámbito de la seguridad nacional, los representantes políticos del Imperio Americano manifiestan sentir preocupación por unos supuestos hípermisiles de última generación, en posesión de Rusia, con capacidad para impactar y destruir satélites espaciales. Aunque tales artilugios parece que de momento están inactivos, nadie garantiza la permanencia de los mismos en estado de hibernación, cual metálicos osos polares, en un futuro próximo, que puede ser mañana mismo. Tal preocupación es de agradecer, pero el agradecimiento sería mayor si la misma se extendiera en la búsqueda consensuada para reducir, o eliminar, esa multitud de ingenios nucleares, estos activos y con la ITV al día, con blancos, es de presumir, más acá de las estrellas. O sea, como quien dice, en las inmediaciones nuestro terruño natal. Sabemos, o presumimos saber, que han costado un potosí, dejando muchos presupuestos nacionales tiritando y con los servicios públicos al borde de la inanición. Esto si es altamente preocupante, por cuanto afecta directamente al cotidiano vivir de la gente. Los juegos de poder o de guerra mejor déjenlos para ese futuro de realidad virtual mediante gafas de quita y pon. Si de por sí la vida es accidentada y breve, por favor, no le pongan más obstáculos por dar salida a un desmesurado sentido del Poder que, en puridad, es tan inasible y efímero como el aleteo de una mariposa. Los anteriores datos,  que presumiblemente no desconocen la doctora Úrsula von der Leyen y el especialista en finanzas y Presidente de la República Francesa Emmanuel Macron quienes, con sus guerreras manifestaciones, quizás cegados por el cargo, no dudan llevar a Europa, cada vez más cerca de la línea de no retroceso, de las infernales fauces nucleares en manos del vecino ruso, ex agente de la KGB, Vladimir Putin. Dicho lo cual, o los gobernantes del entero mundo se han vuelto locos, o ciertamente el ambiente contiene un virus belicista preocupante. Les aconsejo, por decir algo, que escuchen El Presagio (1977) canción de Reyzabal, donde el mundo marcado por la guerra carece de horizonte. Pincha aquí 

China

Mascarillas & CIA por Silvestre Domínguez

Por una cosa o por veinte las huellas de China a lo largo y ancho del espacio y del tiempo rozan lo infinito, siendo el comercio, antes que la guerra, el principal rasgo distintivo de este aventurero y ancestral pueblo en sus milenarias interrelaciones con el resto del mundo. Cuando Alejandro Magno emprendió la conquista de Persia, antes que sus casi invencibles ejércitos hollaran las inmensas llanuras de Asia Central, impulsado por la búsqueda del oro y la gloria a través de las armas y la conquista, la itinerante, peculiar y pacífica ruta de la seda, con sus cargamentos de diamantes, marfil, jade, especias y telas exóticas, ya había pasado por allí. En cuanto a la ascendencia de los indios que poblaban los distintos territorios de América, tanto del Norte como del Sur, estudios sobre la huella genética de sus poblaciones, los vincula con varias migraciones que, procedentes de Mongolia y el norte de la actual China, cruzaron el estrecho de Bering, brazo de mar ubicado entre Siberia y Alaska, entre 10.000 y 30.000 años atrás. Esta incontrovertible evidencia hace de los pueblos asiáticos, no de los europeos, los verdaderos descubridores del Continente Americano. Valga este somero apunte de historia geopolítica elemental, para saber por dónde soplan los monzones del futuro. En cuanto al cercano presente político, jurídico, mediático y social que vivimos en estas tierras carpetovetónicas, marcados por un incesante trasiego de mascarillas, que de mano en mano van, y en el camino su moneda dejan, pues parece que la mayoría de ellas, de un bando y de otro, procedían, como el jade, y las telas de seda, de China. De la misma misteriosa nación que en los años del cine negro, a modo de humorada se decía: ¡eso que cuentas tiene más trampas que una película de chinos!. Las mascarillas también. Y del destino las comisiones, paciencia, mejor esperar a la resolución de los sumarios. Perdonen la anterior inmodestia, pero en mi humilde experiencia, de esto conocí algo. En fin, si antes comentamos sobre China, en cuestión musical estamos marcados por nuestras directas vivencias, y las mías, definitivamente, se forjaron en esa singular ciudad mesetaria para la que Joaquín Sabina escribió la letra de lo que más que una canción es un himno, Pongamos que hablo de Madrid (1980). Pincha aquí

Aterrizaje

La luna, el toro y yo por Silvestre Domínguez

La vida es una compleja guerra contra un enemigo invisible, el tiempo, cuyo final para todos los que emprendemos la obligada batalla es previsible e inmodificable: siempre acaba en derrota. No importa cuántas prórrogas consigas, pasajeros triunfos o merecidos agasajos, desde el minuto cero en que llegaste a este arbóreo y mutante planeta, figuras como turista accidental para recorrer en un periplo geográfico temporal, cuya duración y ruta solo conocerás cuando lo hayas terminado. Quizás en tu equipo genético de partida te tocaron combinaciones ganadoras, en forma de capacidades intelectuales o, por el contrario, llegaste con las condiciones básicas para ir malamente tirando, pero a efectos prácticos existenciales poco importa si estás aptitudes fueron excepcionales o de saldo, y mucho menos a efectos de plenitud y gratificación de cada momento vital experimentado, que normalmente, el que más sufre y peor lo pasa, suele ser el presuntamente mejor dotado, quizás como una forma de recompensa por esa supuesta desventaja genética de partida, para aquellos desfavorecidos biológicamente al iniciar la carrera de la vida. Hasta aquí, que se podría profundizar larga y estérilmente, la cruda y objetiva realidad. En lo referente al valor que cada cual asigne a la máscara teatral asumida en el siempre breve espacio de su vida, es cosa suya. Pueden creerse Drácula, como sucediera con el emblemático actor húngaro Béla Lugosi, que al final de su vida, de tanto interiorizar al personaje que le hiciera internacionalmente famoso, prefería dormir en un ataúd antes que en un mullido colchón. Lo mismo sucede para los variados Presidentes o Presidentas de no sé qué, lo mismo da. Por más pasión y fervor con que asuman el evanescente personaje que les tocó interpretar y olviden que se trata de un papel circunstancial, más duro será el aterrizaje a la anodina normalidad. Mas o menos lo que cantara, con significado diferente, el singular intérprete griego Demis Roussos, en uno de sus muchos éxitos, Forever and Ever (1973). Pincha aquí 

Reskoldos

Harpo, el impertinente silencioso por Silvestre Domínguez

El ansia de poder y enriquecimiento es tan vieja como la historia del ser humano. Hacer de tal proceder noticia de primera página es una pérdida de tiempo, salvo, como suele ser el caso la mayoría de las veces, sacar tajada política. Tajada dudosa, pues a nada que los rivales tiren de hemeroteca, donde unos dicen cinco, otros doblan la apuesta de quien lanzó la andanada. Difícil que estando en la pomada del manejo crematístico quienes manejan la caja se salven de la prueba del algodón. A poco que se miren detenidamente los movimientos bancarios lo común es encontrar un rescoldo, una huella, la sospecha de una fuga económica con destino desconocido. ¿Se acuerda alguien del asunto Flick, conocido como primer tropiezo corrupto en tiempos de la transición?. Pocos y difusamente. Pero en su día, allá por los albores de 1984, un día si y otro también los periódicos de gran tirada, entonces no había redes aunque si peces, lo llevaban en sus portadas como un ariete contra el gobierno de Felipe González el cual, supuestamente, había recibido un maletín en negro repleto de marcos, por parte del diputado socialdemócrata de Alemania occidental, Hans Juergen Wischnewski, con destino a financiar la campaña electoral del PSOE en 1982. El ruido y la furia en el Parlamento alcanzó cotas de alto nivel, hasta que en 1985, en una sesión celebrada en Pleno de Congreso de los Diputados, con 263 votos a favor, se absolvió al Presidente de Gobierno de haber recepcionado la supuesta entrega de dinero procedente del empresario Friedrich Karl Flick. Aunque mucho ha llovido desde entonces, y hasta una pandemia cruzó lo ancho y largo de planeta, en esto de la corrupción la tónica se mantiene. Desde los charcos repletos de ranas, versión Esperanza Aguirre en la conocida como trama Gürtel del año 2007, hasta lo más reciente, que no único, en mascarillas conocido como el caso Koldo, nombre del supuesto beneficiario de la mordida, Koldo García Izaguirre, colaborador del que fuera ministro del primer gobierno de Pedro Sánchez y actualmente diputado de PSOE, José Luis Ábalos. Desde las simbólicas o reales 30 monedas de plata  recibidas por Judas por vender a Jesús, el resto son rescoldos de aquel acto impío. Hagamos un punto y seguido a esta Historia Interminable y que Elvis Presley, que nunca necesitó de coimas gracias su prodigiosa voz, nos deleite con su magnífica interpretación de Kentucky Rain (1969). Pincha aquí 

Al turrón

Boris Johnson por Silvestre Domínguez

Casi todos asumimos, sin mayor crítica previa, que quienes optan por la función de representar los intereses generales de un país, mediante la plataforma de un proyecto ideológico social en forma de partido político, suelen estar motivados por defender y potenciar la mejora de las condiciones existenciales de sus conciudadanos, así como el engrandecimiento de su patria. Y seguramente, en abstracto, ese es el sentimiento que subyace en la mayoría de quienes optan por la batalla ideológica como principal ocupación. Mientras permanecen en los escalones bajos de la toma de decisiones, quizás este candor de servidores se mantenga como punto de anclaje en sus procederes, con las inevitables excepciones de toda regla. Mas cuando los rayos gamma del Poder, en su caprichosa ruleta, elige un candidat@, entonces, como en la mecánica cuántica, las reglas se transforman. Habrá quienes crucen este ámbito de elegid@s con un bajo nivel de contaminación, pero otr@s comprenderán que el Poder es efímero, la vida breve y más pronto que tarde el estribillo detrás de sus acciones será, ¡al turrón!. El argumento de esta nota ha sido propiciado por lectura de una noticia publicada en un medio de comunicación digital internacional, donde se explicita que el ex primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, pretendió cobrar un millón de dólares por contar sus cuitas al reportero de la alta política, Tucker Carlson, con la excusa de la entrevista que el reconocido reportero estadounidense realizara días atrás, plan monólogo, con el mandatario ruso Vladimir Putin, hecho que parece no gustó a Boris Johnson, quien dijo que lo procedente hubiera sido que le entrevistara a él, mas cuando le fue concedida la entrevista por Tucker Carlson,  mister Johnson, puso como condición previa, ¡que hay de lo mío!. Dado que la solicitud crematística fué rechazada, el jocoso dignatario siempre podrá alegar que la petición no pasaba de ser una ironía como reproche al lavado de cara a Putin, pero también es posible, viniendo de un político tan curtido y leído, entenderlo en sentido estricto, que en román paladino por estos lares, donde estas corruptelas son habituales en forma de comisiones, favores y otras varias mordidas y convolutos, tiene una clara traducción, ¡al turrón!. No es lo deseable, pero así son las cosas, esas mismas circunstancias que aquellos chicos de la discografía Motown, The Four Tops, zanjaron con una electrizante canción,  Reach Out I’ll Be There (1967). Pincha aquí 

El monstruo desatado

John von Neumann por Silvestre Domínguez

Cada cosa quiere persistir en lo que es, la piedra en piedra, la oveja en oveja y un Imperio, todos, mantener su permanencia imperturbable en el tiempo. Tal fue el dictamen que el pensador neerlandés y judío errante, Baruch de Spinoza, entre otras muchas lapidarias sentencias filosóficas, dejó escritas para la posteridad. La intuición sobre ese deseo sin duda es vinculante a un sentimiento íntimo y general, más la cambiante realidad, desde el átomo al brillo de las estrellas, es opuesta a su cumplimiento . En el limitado recorrido de una vida humana, por más que esta se prolongue, somos directos espectadores de la inconsistencia y fugacidad con que se desvanecen nuestros sueños, incluido el soñador. ¿Cuántas veces hemos leído u oído sobre que un determinado suceso se encuadraba entre la mayor cosa jamás acaecida?. ¿Y sobre la madre de todas las batallas, mil veces repetida?.¿Y qué decir sobre el amor inmarcesible que traspasaba fronteras, con proyección de alcanzar  la eternidad ?. ¿La curación del cáncer?. Podría ampliar indefinidamente estos ejemplos de frustrados deseos, al confrontar nuestras expectativas discursivas con lo que el devenir del tiempo hizo de ellas, pero la contemplación de ti mismo en una imagen del pasado con ese asombrado y borroso espécimen que ves en el espejo, supuestamente tu mismo, creo que lo hace innecesario. Este largo introito ha sido la excusa para referirme a ese monstruo producto de nuestro ingenio, que también pretende persistir en lo que es, conocido como energía nuclear con sus plurales  y variadas formas para uso militar. Conociendo la natural tendencia de nuestra especie a la solución ancestral de los conflictos recurriendo al belicismo,antes que al diálogo; ¿alguien puede afirmar que esos presuntos silentes ingenios mortales ocultos en oscuros y desconocidos silos, no terminarán por ser activados y poner en marcha esa ruleta mortal con diana en la entera vida animal, que da nombre a esta nota?. Siguiendo el razonamiento de Spinoza parece que la respuesta es evidente: el monstruo acabará desatándose . Solo es cuestión de tiempo. Una tristeza desconocer los pensamientos que cruzaban la mente del gran Wolfgang Amadeus Mozart (1756 – 1791) cuando compuso la obra musical Réquiem, a la que se puede acceder desde el enlace siguiente. Pincha aquí 

Necedades

Abrevia colega por Silvestre Domínguez

Como aplicado maestro de escuela fiel reflejo de su tiempo, mi padre solía recurrir a fábulas y refranes para explicar a sus alumnos, yo entre ellos, como ejemplos fáciles de aplicar y entender, la manifestación de determinados comportamientos y actitudes sociales. Por ejemplo, para referirse a la adhesión ante la fama artificial y el halago empalagoso e injustificado, generalmente recurría al conocido verso con el que finaliza la fábula del literato tinerfeño Tomás de Iriarte, «el oso, la mona y el cerdo “ , que dice así:

Guarde para su regalo

esta sentencia un autor: 

si el sabio no aprueba, ¡malo!

si el necio aplaude, ¡peor!

No obstante pertenecer al siglo XVIII las anteriores estrofas, su esencia didáctica sigue vigente en este confuso inicio del Tercer Milenio, pese al surgimiento de una Inteligencia Artificial, por lo demás desvinculada de la que cada cual atesora de fábrica en el interior de la cavidad craneal. Y esta, la natural, pendiente del resultado que puedan introducir los implantes de chips en el cerebro, publicitados por el megamillonario Elon Musk, poco o nada ha evolucionado desde aquellos lejanos tiempos. Lo cual, que necedades soltadas en un medio de comunicación por un político, banales  e insulsas hasta para alumnos de primaria, terminan con ensordecedores aplausos por supuestos ilustrados receptores, que avergonzarían a un habitante de las cavernas. Este aluvión de necedades no dejaría de ser intrascendente, si influido y sugestionados por las mismas, el resultado electoral fuera ajeno a tales chirigotadas. Pero resulta que aquel homo loquax que dice la incongruencia más tremebunda, incluso babeando, berreando y exhibiendo una impúdica motosierra, es el que, la estadista lo avala, tiene mayores posibilidades de éxito para hacerse con el triunfo, aunque, como el tango nos recuerda, sea un triunfo pasajero. Porque por fas, epidemia, catástrofe, o cacareada guerra nuclear, este chiringuito que el homo sapiens (un suponer) ha hecho de la madre tierra, el día menos pensado nos pone las maletas en la puerta, y apáñense como puedan con sus necedades y memeces. En fin, no me apeo, porque voy a pie, circunstancia que me viene al pelo para cambiar de ronda y acercarme a mi personal discoteca mental, donde gracias a YouTube rescato Saved by The Bells (1969), ese nostálgico himno al azar interpretado por el componente de Bee Gees, fallecido en 2012, Robin Gibb. Pincha aquí