Hombres máquinas

Pasar-la-ITV

Todas las obsesiones del ser humano parten de un mismo germen: la certeza de su mortalidad. Cualquier iniciativa que emprenda, desde escalar el Everest, hasta la mas arriesgada y atrevida aventura espacial, no son màs que subterfugios para tratar de mitigar los efectos perturbadores de ese angustioso e inevitable acontecimiento fatal. Incluso el suicidio, negación directa de toda esperanza, es un canto frustrado de ansias de vida ilimitada no correspondida, por parte de quien lo realiza. Si de cualquier manera el final es imparable, decidir al menos la coartada y el momento de acabar. Y como quiera que hasta esta mañana, 28 de mayo soleado y de pasión futbolera, no hay evidencias de romper con el maleficio de la caducidad, pues la industria cibernética, en sus infinitas y, me temo, que estériles variantes, se ha lanzado a tumba abierta para la fabricación del hombres/mujeres máquinas. No està claro, caso de llegar a buen termino este entretenimiento demiurgico, si los replicantes resultantes deberán ser rigurosamente censados y sometidos al pago de impuestos. Pero viendo como està el panorama político/económico, incluida Venezuela, salvo que nuestros parientes de laboratorio se rijan por el principio de consumo cero, tendencia cada vez mas general entre los ciudadanos de naturaleza biológico/evolutiva, pues a pasar por caja, mis queridos androides, que vais a enteraros de la verdadera ley universal de la gravedad: el pago de impuestos. Mas o menos esto es lo que le ha venido a decir el candidato Sanchez en la reunión que mantuvo ayer con un grupo de empresarios en el Circulo de Economía de Sitges: «Lo más importante es decir la verdad a los españoles. España no va a poder bajar los impuestos. «. Otra cosa es lo que luego diga en campaña, que esto los discursos tiene mucho que ver con los tiempos y el personal que compone el auditorio. Por lo demás, ya lo dijo Tierno Galván, insigne y viejo profesor, las promesas electorales están para no cumplirse. En cuanto a los hombres máquina, me parece una estúpida redundancia investigar para crearlos. ¿Acaso de alguna manera no lo somos ya nosotros?. Habría que saberlo.