Johan Cruyff

Johan-Cruyff

Entre las infinitas cosas que desconozco y no me propongo paliar, la vida profesional y privada de Johan Cruyff es una de ellas. No obstante, quizás por no estar bajo la influencia de pasión alguna, y basándome simplemente por los encabezamientos laudatoriamente  unánimes que le han otorgado los medios de comunicación, encuentro argumento suficiente para considerar que cuando un abanderado del deporte, del fútbol en especial, se convierte en símbolo y leyenda, es porque, de alguna peculiar manera, ha conseguido insuflar un especial entusiasmo en sus seguidores. Conseguir que esa pasión se mantenga cuatro largas décadas, y que hasta sus rivales rindan homenaje a su ausencia, no encuentro otra forma de definirlo, que como una manifestación de amor. Y si tal explosión de afecto acontece en paralelo a irracionales expresiones de terror, es motivo para creer que, tal vez, no estè todo perdido. Tal vez.

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